Seguramente si alguien busca fotos de Granada, no espera encontrar con algo parecido a esto. Bueno, estuve en esta ciudad el 19 de marzo, ese fin de semana, nos fuimos con el colegio.
Lo pasamos muy bien, una experiencia más vivida.
Pero ahora, la foto. De todas las fotos que me traje de allí, sin duda, si tuviera que escoger una que reflejara lo que me dijo esa ciudad, sería ésta. No es una foto de la Alhambra (que es una maravilla, ojalá pueda volver pronto, no me cansaría de visitarla), ni es una foto de la catedral, ni es una foto de sus calles ni nada por el estilo. Entonces, ¿por qué?
Pues yo, como sevillana que soy, estoy acostumbrada a vivir entre naranjos, y, cuando el autobús entró en terreno granadino veía rosa por todas partes, igual que en Jaén se ven olivos, allí eran almendros. Una maravilla, porque estaban en flor. Bueno, cuál fue mi sorpresa que al llegar al centro, lo que en Sevilla son naranjos, en Granada son almendros. No tendrán nuestro embriagador olor a azahar (que en breves nos dejará), pero tienen las calles vestidas de rosa, una maravilla.
Por eso, si pienso en Granada, me vienen a la mente sus almendros, entre muchos otros recuerdos.
Volveré, sobre todo porque no pude ver la catedral de día ni el centro en sí, lo único que pude ver fue la catedral, de noche, durante 5 minutos, y porque me escapé, que si no me quedo sin verla.
